La rosa de la escritura
|La rosa de la escritura
A Tulio Mora
Hacerle la corte,
trasplantarla, poetas,
a la página en blanco,
acariciar su espina
hasta que sangre aroma
y se tiña de rubores.
No en el jardín,
la rosa se perpetúa
en el poema.
Arturo Corcuera, Perú
de “Noé delirante”, Alfaguara