ITHACA 524, Para Ángela Figuera Aymerich, María do Sameiro Barroso

PARA ÁNGELA FIGUERA AYMERICH *

 

Nada sabemos de las volutas del sol,
de las horas larguísimas,

de las nubes, ni de los remolinos del cielo,
sólo el cristal de las palabras enciende
tu sangre de robles dulces, castaños,

en la tierra de olores.

En tu casa, respiras la sombra violeta,

la luz inocente,

y escribes, en la noche, tu canto,

rincón desnudo,

donde las golondrinas hacen su nido
cuando, en silencio, revuelven

tus ojos

en su migración de primavera.

MARIA DO SAMEIRO BARROSO, PORTUGAL

Traducción de la autora