LA DESPEDIDA
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LA DESPEDIDA
Ya está, tras del recodo, la vejez,
como un árbol sin hojas. Parémonos
aquí, por un momento, bajo el cielo
que da el velo dorado a las palmeras
y pásame la mano por el hombro.
Respiremos la luz que se hace oscura
y alarga las distancias: un engaño,
que es la piedad de un dios. El favorece
la dura despedida con tu vida.
Tú habrás de regresar, y harás camino
de nuevo por el mundo tan amado;
van contigo mi amor y mi silencio.
Mas espera a la noche todavía:
cuando aparezca arriba el primer astro
nos diremos adiós, y me iré sólo.
FRANCISCO BRINES, España (1932)
de “El ruido del mundo”, Editorial POINT 1998)